La Farmacología es la ciencia biológica que estudia las
acciones y propiedades de los fármacos en los organismos.
El objetivo principal de la Farmacología es beneficiar al
paciente y hacerlo de un modo tan racional y estricto como el que suele
seguirse para llegar a un buen diagnóstico. Eso sólo se consigue teniendo el conocimiento
de la función de los fármacos, y como actúa la situación patológica concreta
del paciente, y qué problemas pueden plantear. Para ello, es preciso programar
la acción terapéutica con el mismo esfuerzo que se aplica para desarrollar el
proceso diagnóstico.
El desarrollo de la
química, la fisiología, la bioquímica y la tecnología analítica ha permitido
aislar productos, enormemente activos, de las fuentes naturales y, sobre todo,
diseñar y sintetizar nuevos compuestos, analizar sus acciones y efectos a todos
los niveles posibles de organización de la sustancia viva y conocer los
procesos que siguen a su paso por el organismo. Esto ha significado una
explosión en la producción de fármacos con gran actividad terapéutica, un
cúmulo de información no siempre bien asimilable y, sobre todo, unas
posibilidades de aplicación rigurosa, objetiva e individualizada a las
características de cada paciente. La enorme actividad biológica de los fármacos
entraña un riesgo ineludible: el de la toxicidad. No hay fármaco que no la
posea en mayor o menor grado. De ahí que todo acto terapéutico implique siempre
un acto de decisión, mediante el cual se valore la relación entre el beneficio
y el riesgo que el fármaco ocasione, no
de un modo impersonal y teórico sino en función de las características y
condiciones de cada paciente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario